La cocina y los niños
Es muy positivo fomentar e incentivar desde pequeños que los niños se metan en la cocina.
Cocinar con niños tiene varias ventajas: fomenta el trabajo en equipo, las habilidades sociales, les estimula a probar nuevos ingredientes, mejora la coordinación, aprenden a esperar su turno, a compartir, se pone en práctica hábitos de higiene y orden como lavarse bien las manos, ponerse el delantal, limpiar después de cocinar…
También se utilizan conocimientos matemáticos para contar, sumar y medir los ingredientes, aumenta la autoestima del niño, fomenta la conversación y la lectura y se deja vía libre a la creatividad en la decoración final de las recetas de pasteles.
La cocina es un pequeño laboratorio científico de conceptos nuevos; sólido-líquido, dulce-salado, amasar, colar, levar el pan…
Dependiendo la edad del niño, deberá estar bajo la supervisión de un adulto y facilitar su visibilidad con taburetes a su altura, áreas de trabajo alejados del fuego y haciéndoles conscientes también de los peligros de algunos elementos; cuchillos afilados, batidoras, fuego… Tened en cuenta que cuando mayor sea el niño más complejas serán las tareas que podrá ejecutar.
Además, en los tiempos que vivimos ahora, donde la inmediatez y la poca paciencia reinan en las vidas de los más jóvenes, es importante incentivar a los más peques a hacer actividades que requieran un cierto nivel de paciencia y espera. Es esencial aprender que las cosas tienen su trabajo, y cocinando lo verán rápidamente. Cuando creas un plato debes respetar sus tiempos, y solo cuando lo terminas todo eres capaz de disfrutar de lo que has creado y aprender que la espera ha merecido la pena.
En toda fiesta de cumpleaños se espera un pastel para soplar las velas, los pasteles para niños suelen ser vistosos, con colorido y caramelos varios para que la cara de sorpresa de los niños esté asegurada.